Más allá de la apariencia, hacer ejercicios y mantener el control de peso ha sido de gran impacto para prevenir el cáncer y evitar otras enfermedades.

Actualmente muchas personas expresan estar a dieta y ejercitarse con regularidad en un gimnasio para mantenerse en forma. El problema de esto es que no siempre se guían por recomendaciones médicas, y lo hacen principalmente por tener mejor apariencia. Sin saber que un buen control del peso y una alimentación correcta ayuda a prevenir el cáncer.

Esto no significa que la decisión que han tomado esté errada. Todo lo contrario, es una alternativa saludable, pero es conveniente que su cotidianidad esté vigilada por un especialista para evitar excesos y fallas en lo referente a las dietas o en los ejercicios. El balance es lo ideal es todo lo concerniente a la vida y la salud del organismo.

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Existen diversas investigaciones que han arrojado como resultado que una dieta saludable permite al organismo mantener la inmunidad en niveles más elevados y un peso adecuado. Disminuyendo los riesgos de padecimientos de cáncer y afecciones como las cardiopatías, la osteoporosis y la diabetes II.

El común denominador de sus recomendaciones se basa en el consumo equilibrado, donde destaca ingerir más fibra y menos grasas, complementando esta receta con la práctica de algún ejercicio de modo regular. Una opción ideal para quien necesita disminuir su talla y evitar recuperar el peso perdido.

Cómo actúa la dieta para prevenir el cáncer

Deben considerarse las siguientes recomendaciones de alimentación:

  1. Frutas y verduras
  2. Dieta mediterránea
  3. Vitaminas y minerales

1. Frutas y verduras

Los estudios desarrollados han señalado que el consumo de frutas y verduras disminuyen la posibilidad de algunos tipos de cáncer, como los referidos al sistema digestivo y los pulmones. Realmente consiste en ingerir alimentos de la manera más natural posible o según una preparación sin grasas ni exceso de condimentos.

2. Dieta mediterránea

De la dieta mediterránea siempre se han realizado comentarios referidos al bienestar que aporta al organismo. Sobre todo porque se basa en una combinación balanceada de pescados, granos enteros, verduras, frutas y legumbres. Sin dejar de lado los beneficios del aceite de oliva, un ingrediente imprescindible en esa zona.

3. Vitaminas y minerales

Respecto a las vitaminas y minerales, se expone que deben consumirse de modo natural o en caso de requerimiento extra, como suplementos administrados por un especialista. Lo ideas es hace una ingesta adecuada de calcio, vitamina D y ácido fólico para fortalecer el organismo ante el riesgo de sufrir cáncer.

No hay recetas mágicas. Los aportes en este sentido apuntan hacia el equilibrio y la selección de una buena opción para la preparación de los alimentos. ¿Qué consumir? Granos integrales, variedad de frutas, legumbres como los guisantes y frijoles, semillas y frutos secos son parte de las alternativas.

Cómo mejorar la dieta diaria

Las comidas habituales deben estar acompañadas con porciones moderadas de carnes blancas, carnes magras, productos lácteos sin grasa o descremados, recordando la ingesta de grasas buenas, las cuales ayudan a mantener el colesterol bajo control. De esta manera se encontrará variedad y balance entre monoinsaturados, poliinsaturados y ácidos grasos.

Esto permite poder consumir aceites de canola, oliva, aguacate, frutos secos y maní, así como la mantequilla derivada de esos alimentos y su ingesta de forma natural si se buscan alimentos monoinsaturados. En cuanto a los poliinsaturados, pueden elegirse aceites vegetales, siendo los preferidos los de maíz, soja y girasol.

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Algunas legumbres, granos y frutos secos dan alternabilidad a ambos tipo de grasa, complementando las combinaciones de la dieta con semillas de lino, linaza y nueces cuando se buscan ácidos grasos para ingerir omega-3. ¿Carnes blancas con este contenido? Sí las hay, destacando entre ellas caballa, sardinas, arenques y salmón.

Ejemplo de una dieta sana para prevenir enfermedades

En general se sugiere restringir comida rápida, frita y procesada, a causa de su elevado contenido de grasas trans y saturadas. Debe darse prioridad a alternativas que contengan fitoquímicos, elementos que contribuyen a reducir la posibilidad del cáncer y que se ingieren con productos derivados de las plantas.

¿Opciones? Ajo, brócoli, coliflor, frijoles, frutos secos, guisantes, granos integrales, pomelo, semillas de lino, tomate y zanahoria. Todos contentivos de vitamina C y ácido fólico. Y con capacidad de optimizar la salud cardíaca, cerebral y ósea. Entre tantas opciones es importante comprender la importancia de mantenerse sano.

Muchas veces basta con ajustar la forma de preparar los platos habituales para cumplir con este objetivo. Pequeñas modificaciones en ese sentido pueden traer grandes cambios. Como su consumo al natural, en jugos, al vapor, cocidos u horneados. Obviando las frituras de las carnes para obtener comidas más sanas.

Está comprobado que este tipo de alimentación es segura y efectiva para prevenir el cáncer y otras enfermedades. Según especialistas, funciona desde niños hasta personas de tercera edad. Y es ideal hace de esta recomendación un estilo de vida.

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