Legionelosis

Enfermedades

La legionelosis, es comúnmente definida y conocida como la enfermedad del legionario y se trata de una forma grave de neumonía. Los responsables de causar esta patología son bacterias del tipo legionella.

Al referirse de las legionellas, estas se tratan de bacterias que se encuentran presentes en el agua dulce, si bien en conglomeraciones muy pequeñas con unos cuantos gérmenes por litro. Se caracterizan por su propagación a gran velocidad a temperaturas que oscila entre los 30 y los 45ºC. A temperaturas superiores a los 60º C estas tienden a morir lentamente y por encima de los 70ºC las bacterias mueren de manera repentina.

La legionelosis se manifiesta entre los seres humanos eventualmente o en brotes, en general y en especial en los meses de verano y otoño.

Actualmente, la enfermedad continúa sin poder reconocerse directamente, es por tal razón que indica un tratamiento en un estadio tardío, lo que genera complicaciones a los pacientes.

En panoramas donde se presenta una infección por legionella la sintomatología general son malestar en general, dolor articular, dolor de cabeza y tos irritativa. En alrededor del 10% de los casos presentados, puede manifestarse una neumonía por legionella, la verdadera enfermedad del legionario. En estas situaciones los síntomas tienden a ser dolor en el pecho, escalofríos y fiebre alta.

Por otra parte, otra enfermedad infecciosa que es originada por la legionella es la fiebre de Pontiac. Este patrón de enfermedad por legionella cuenta con síntomas semejantes a una gripe y no llega a desarrollar una neumonía. La evolución de la enfermedad se caracteriza por ser mucho más apacible en relación a la legionelosis.

Tratándose de un diagnóstico, este se lleva a cabo por medio de la sintomatología y de información adicional requerida y que contribuirá al mismo, como ser si el paciente ha viajado anticipadamente y se ha hospedado en hoteles. Es preciso un análisis de los agentes patógenos para dictaminar una legionelosis de manera apropiada.

Si se cuenta con un diagnóstico a tiempo, la legionelosis puede ser manejada apropiadamente y favorece en un elevado porcentaje a una evolución positiva. Específicamente en las situaciones de un tratamiento inapropiado, la enfermedad tiende a finalizar en muerte en hasta el 20% de los casos presentados, esto sucede en especial en personas ancianas y que cuentan con un sistema inmunitario debilitado.

Respecto a la prevención de la patología, la legionelosis, es esencial establecer un mantenimiento moderado del sistema de agua caliente y a la vez lavar el sistema de agua con una temperatura superior a los 70ºC. Las instalaciones y duchas que no se han utilizado en un lapso de tiempo considerablemente largo, suponen la mayor amenaza.

 

Definición de legionelosis

La legionelosis se trata de una enfermedad infecciosa grave de los pulmones, esta enfermedad infecciosa es desencadenada por la bacteria legionaria (legionella pneumophila).

La legionelosis es una enfermedad declaración obligatoria en España y el personal sanitario precisara comunicarlo ante la sospecha de la misma.

La incidencia de la legionelosis ha declinado desde 2002, cuando esta supero su máximo con 1.461 casos declarado. Mientras tanto, los casos declarados en 2008 (1274) figuraron un aumento respecto a 2007 (1178), no obstante en 2009, con base a los datos circunstanciales obtenidos por el Centro Nacional de Epidemiologia, se espera un descenso de la incidencia de la enfermedad.

 

Fiebre de Pontiac

Otra enfermedad que es desencadenada por la legionella es la fiebre de Pontiac. Tiene semejanza a una gripe y se caracteriza por no desembocar en una neumonía.

Su a evolución es mucho más apacible en relación a la legionelosis. Hasta el momento no se registra ningún caso de muerte provocado por la fiebre de Pontiac.

 

Causas de la legionelosis

La legionelosis es también definida como la enfermedad del legionario, esta es originada por bacterias del género legionella (legionella pneumophila).

Esta bacteria semejante a un bastoncillo se encuentra presente y se prolifera específicamente en agua dulce caliente a temperaturas entre los 20 y los 55º C. A temperaturas superiores a 60º C, las bacterias tienden a morir a una velocidad relativamente rápida.

Las bacterias de legionella localizadas en el agua no tienden a convertirse en una amenaza directamente para la salud. La infección es originada cuando el agente patógeno se extiende hacia los pulmones por medio de la nariz, la boca o la garganta, ya sea a través de agua pulverizada / aerosol, por ejemplo al ducharse, o por aires acondicionados o jacuzzis al inhalar el líquido.

Mientras tanto se conocen otros factores con grado de riesgo de la legionelosis, estos son un tratamiento prolongado con corticoides, un cuerpo debilitado a consecuencia de una intervención quirúrgica duradera, la edad avanzada, el tabaco o el excesivo consumo de alcohol.

Otro dato importante se refiere a los hombres, estos enferman con más frecuencia de legionelosis en relación a las mujeres.

 

Síntomas de la legionelosis

La legionelosis conlleva en primera instancia una sintomatología que deriva en malestar general, dolor articular, dolor de cabeza y tos irritativa. En alrededor del 90% de los pacientes se trata de fiebre de Pontiac. En el porcentaje restante, 10% de los casos, puede desarrollarse una neumonía por legionella, la original enfermedad del legionario. Los síntomas suelen ser dolor en el pecho, escalofríos y fiebre alta. Eventualmente, se puede manifestar dolor de estómago con diarrea y vómitos. Por otra parte, si se encuentra afectado el sistema nervioso central (SNC) por la legionelosis, puede manifestarse un aturdimiento que en casos considerados graves puede originar a estados de confusión.

 

Diagnóstico de la legionelosis

En una legionelosis el diagnóstico consiste en conocer los síntomas que el afectado presenta y también se recolecta la información adicional para contribuir al diagnóstico, por ejemplo un viaje con estancia en hotel. Además puede ser preciso buscar determinadas proteínas en el análisis de orina que únicamente se manifiestan en caso de infección por legionellas. Además es posible obtener una muestra de la faringe y del pulmón. El patrón de germen específico podrá ser identificado microscópicamente tras un cultivo.

 

Tratamiento de la legionelosis

En la legionelosis, por lo general los especialistas administra antibióticos en un lapso de tiempo de al menos 14 días, en situaciones de personas que presentan defensas bajas será preciso hasta tres semanas. La eritromicina ha demostrado eficacia en relación a la patología. En un escenario intenso de legionelosis, el médico procederá a administrar rifampicina.

Los antibióticos macrólidos (como la azitromicina o la claritromicina) y la fluorquinolona, son recomendados especialmente en aquellos afectados con un sistema inmunitario debilitado. Por otra parte en este sentido, la prolongación de la terapia es por lo general de tres semanas.

Mientras tanto, en la fiebre de Pontiac, esta no precisa de un tratamiento con antibióticos ya que su evolución se caracteriza por ser leve. Por tal razón y por lo general, únicamente se llevará a cabo un tratamiento para suavizar las molestias.

 

Evolución de la legionelosis

Si se cuenta con un diagnóstico y un tratamiento tempranamente, la legionelosis tiende a adoptar una evolución positiva. Especialmente en casos de un tratamiento inapropiado, la enfermedad puede desembocar en muerte en aproximadamente en un 20 a 50% de los casos, en especial en personas ancianas y con sistema inmunitario debilitado.

Mientras tanto los infectados con la fiebre de Pontiac tienden a recuperase sin tratamiento en un lapso de tiempo de cinco días. Hasta el momento no se registran casos de muerte por esta enfermedad.

 

Prevención de la legionelosis

La legionelosis se previene especialmente a través de un mantenimiento regular de los sistemas de suministro de agua caliente y adoptando las siguientes medidas:

– Dejar correr el agua de la ducha a la máxima temperatura y tratar de no respirar el vapor del agua porque probablemente podría contener bacterias.

 


 

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