Dispepsia

Enfermedades

“La dispepsia se caracteriza por ser un trastorno bastante común del estómago y esta enfermedad se distingue por lo general por la presencia de molestias en la zona superior del abdomen. La dispepsia tiende a presentar con pesadez, presión, ardor de estómago, gases, náuseas o vómitos. Esta enfermedad es clasifica en dos tipos, en relación a las causas que la originan: dispepsia orgánica y dispepsia funcional.”

Es de tal forma que la dispepsia orgánica se deriva de problemas o enfermedades determinadas gástricas como ser úlceras, cáncer gástrico, duodenales – lesiones obstructivas, esofágicas – ERGE, cáncer de esófago, enfermedades biliares, pancreáticas, metabólicas como ser la diabetes, hipertiroidismo o hipotiroidismo y la influencia de determinados medicamentos (antibióticos, estrógenos, antiinflamatorios…).

En cambio, la dispepsia funcional se diagnostica cuando no existe una causa orgánica que sustente los síntomas. A este tipo de dispepsia de le asocian los problemas psicológicos: estrés, ansiedad, como un posible detonante de este tipo de dispepsia.

En cuanto al diagnóstico, este se establece, en primera instancia a través del historial clínico, acompañado de una exploración minuciosa. Para desestimar otro tipo de enfermedades digestivas; ya se trate del estómago, el esófago, el intestino, por lo general el paciente con dispepsia debe ser sometido a un análisis de sangre y una gastroscopia.

La meta fundamental del tratamiento de la dispepsia consiste es eliminar las molestias. Actualmente esto es posible a un cambio en la dieta y una alimentación equilibrada. Se aconseja la ingesta de comidas pequeñas regularmente y masticar bien, además de minimizar los alimentos ricos en grasas y evitar el alcohol y el tabaco. Los medicamentos y la psicoterapia también son complementos que pueden ayudar al pronóstico de la enfermedad.

En cuanto al pronóstico de la dispepsia, este generalmente suele ser positivo. Sin embargo la dispepsia es muy común y en general en la mayoría de los casos es provocada por procesos orgánicos benignos, con buen panorama por delante, y con frecuencia es funcional, esto en más del 60% de los casos sin riesgo, aunque con alta tendencia a la cronicidad. En extrañas ocasiones está originada por enfermedades graves de riesgo, que plantean un mal pronóstico.

 

Definición de la dispepsia

De acuerdo a las reuniones de consenso del Rome Working Group sobre trastornos funcionales del aparato digestivo (Consensos Roma I y II), en los años 1991 y 1998, se estableció definir la dispepsia como el dolor o malestar periódico que se desprende en la parte alta del abdomen. En la última reunión de Consenso (Roma III) de 2004 se definieron los síntomas que distinguen a una dispepsia, como a la vez una definición más acertada de la dispepsia, que se trataría de un cuadro clínico que engloba varios síntomas como dolor, pesadez y ardor de estómago, incluyendo también otras molestias que pueden surgir; como la distensión, hinchazón, eructos, náuseas y vómitos. La dispepsia se clasifica en dispepsia orgánica y dispepsia funcional.

En cuanto a la dispepsia orgánica, esta se deriva de alguna causa orgánica, lo que significa que se conoce su procedencia. Caso contrario de la dispepsia funcional, que es aquella que debe su causa a una enfermedad, a la ingesta de determinados medicamentos, o por un alcoholismo o tabaquismo crónico.

En relaciona a la dispepsia funcional esta se segmenta en dos subcategorías de acuerdo sus síntomas: síntomas inducidos por la comida (síndrome de distrés posprandial), y predominio del dolor epigástrico (síndrome del dolor epigástrico).

La dispepsia es una enfermedad y bastante recurrente, y a nivel general, supone un 15% de la población de los países occidentales, de los cuales la población se ve afectada.

Actualmente se estima que entre el 30 y el 50% de los afectados por dispepsia no visitan al médico por asistencia profesional, sino que optan por la automedicación. La dispepsia funcional puede estimar más de la mitad de los casos que se diagnostican.

 

Causas de la dispepsia

Las causas que ocasionan la dispepsia no están del todo esclarecidas.

En el caso específico de la dispepsia orgánica las causas más habituales son; úlcera péptica, enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), la toma de determinados medicamentos; antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos, hierro, potasio y el exceso de alcohol. Otros factores considerados menos frecuentes pueden ser cáncer de esófago o gástrico, enfermedades biliares, pancreáticas, metabólicas como diabetes, enfermedad de Crohn, enfermedad celiaca, cirugía gástrica, cáncer de hígado, síndromes de la pared abdominal, entre otras.

Entre otras causas probables de la dispepsia se incluyen los hábitos alimenticios y la intolerancia alimenticia.

También existen causas psicológicas que se consideran pueden ser responsables de la dispepsia. Determinados escenarios conflictivos graves, trastornos psíquicos como ser ciertas fobias o depresiones, pueden influir en el origen de dispepsia o elevar sus síntomas.

 

Síntomas de la dispepsia

La dispepsia se asocia con la manifestación de síntomas tales como la pesadez, ardor y presión en el abdomen superior, cierta sensación de saciedad, incluyendo náuseas, vómitos y pérdida del apetito. Estas molestias pueden afectar a las pacientes solas o combinadas.

A parte de las molestias estomacales típicas de la dispepsia, muy frecuentemente se manifiestan otros síntomas que tienden a coexistir con los digestivos especialmente en las dispepsias funcionales como cansancio al más mínimo esfuerzo, pérdidas de concentración, nervios, trastornos del sueño, mareos, sudoración y manos húmedas.

 

Diagnóstico de la dispepsia

El diagnóstico de la dispepsia consiste en primer lugar conocer el historial clínico del paciente así como su estado actual de salud., también se requiere un análisis de sangre y análisis de disposiciones para ayudar a sustentar el diagnostico. En casos donde los dolores sean persistentes, se procede realizar una gastroscopia, una biopsia y una ecografía del abdomen para eliminar de la lista otras enfermedades estomacales como ser la inflamación de la mucosa gástrica, úlceras o cáncer de estómago.

Entre tanto, fundamentados en los criterios del Comité Roma III, para establecer el diagnóstico de dispepsia funcional se debe cumplir con las siguientes condiciones:

– Síntomas con una duración mínima de 12 semanas.
– Plenitud posprandial.
– Saciedad precoz.
– Dolor epigástrico.
– Ardor epigástrico.
– Ninguna evidencia de enfermedad estructural.

 

Tratamiento de la dispepsia

Especialmente en casos de dispepsia orgánica el tratamiento se destinara específicamente a la causa que lo produce. En el diagnóstico de dispepsia funcional si la incidencia indica que las molestias están asociadas con determinados hábitos alimenticios o relacionados con algún alimento en concreto, se recomendaran establecer medidas dietéticas, que incluyan el minimizar el consumo de especias picantes, café o alimentos flatulentos.

El tratamiento con fármacos para la dispepsia es recomendable en muchos de los casos para reducir los episodios sintomáticos.

En cuanto a pacientes con dispepsia funcional y síntomas refractarios al tratamiento de primera línea y a la combinación de IBP y procinéticos se puede prescribir el uso de antidepresivos.

 

Evolución de la dispepsia

La evolución de la dispepsia es favorable. Las personas que se ven afectadas por la dispepsia no tienen ningún porcentaje de riesgo de desarrollar una enfermedad del estómago de tipo inflamatoria o maligna. En muchos casos, las personas con dispepsia pueden mitigar las molestias estomacales con un simple tratamiento. Se estima que tan solo un reducido porcentaje de los casos requiere un tratamiento de larga duración para tratar las molestias persistentes.

 

Prevención de la dispepsia

Se pueden evitar las molestias causadas por la dispepsia llevando unos hábitos alimenticios saludables y realizando tratamientos psicoterapéuticos para contrarrestar el estrés o para sobrepasar las situaciones conflictivas.

 


 

Información obtenida de fuentes externas. Desde www.salud-vida.es no nos hacemos responsables del uso o interpretación que se le dé a la información aquí mostrada ni de la autenticidad o veracidad de la misma.

 

COMPARTE ESTA PÁGINA EN TUS REDES SOCIALES

Enviar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *