La hepatitis A s e trata de una infección del hígado, este tipo de hepatitis es de declaración obligatoria de acuerdo a la Ley de Enfermedades de Declaración Obligatoria vigente en España. Este tipo de hepatitis es originada por el virus de la hepatitis A (VHA). Mencionado virus de la hepatitis A es transmitido en primera instancia por aquellos alimentos o agua contaminados, así mismo como por determinadas infecciones por contacto de tipo transmisión fecal-oral.
La hepatitis A es bastante común en aquellas regiones que cuentan con determinadas condiciones higiénicas deficientes. Las personas que han sido afectadas y a la vez han padecido hepatitis A en algún momento de su vida, automáticamente queda inmunizada contra el virus el resto de su vida. Es común que una infección de hepatitis A pase desapercibida, ya que por lo general y con frecuencia no se manifiestan molestias ni complicaciones. Tras un periodo de incubación corto, que oscila entre dos a siete semanas, se manifiestan como mucho síntomas como ser la diarrea, decaimiento, dolor de cabeza y dolor articular, incluyendo ictericia. Hasta la fecha no se conocen de cursos crónicos de la hepatitis A.
Una hepatitis A por lo general es tratada de manera sintomática, esto significa que el tratamiento consiste en reposo en cama, alimentación sin grasas y eliminación del alcohol, con estas medidas se pueden superar las molestias. Frente a la hepatitis A no existen medicamentos específicos. Únicamente se administran medidas para tratar los síntomas, esto implica por ejemplo medios contra la diarrea o el dolor de cabeza. Una de las medidas efectivas para prevenir la infección es administrar una vacunación a tiempo, por ejemplo antes de llevar a cabo un viaje a aquellos países con tendencias de infección altas, así como en profesiones específicas como por ejemplo personal sanitario, personal de laboratorios médicos, entre otros. Específicamente en los viajes se deben considerar seriamente las medidas higiénicas para reducir al máximo el riesgo de contagio con el virus de la hepatitis A.
Definición de la hepatitis A
La hepatitis A proviene del griego hépar, hépatos = hígado,-itis = infección), en referencia a un tipo infección aguda del hígado generalmente causada por el virus de la hepatitis A (VHA). La hepatitis A perjudica las células del hígado e interviene en el funcionamiento del órgano alterándolo. Los daños generados al hígado se hacen evidentes por otros síntomas como ser la ictericia, esto significa el color amarillento que adopta la piel y la conjuntiva ocular que se deriva a causa de la elevación de bilirrubina en sangre.
La hepatitis A es una patología de niveles globales. Gracias a las efectivas medidas higiénicas y sanitarias adoptadas y empleadas en las últimas décadas su impacto ha disminuido de manera significativa en los países desarrollados pertenecientes a Europa y Norteamérica. En aquellas regiones cálidas y en los países que cuentan con condiciones higiénico-sanitarias deficientes, la hepatitis A se encuentra en un estado de extensión amplio. Especialmente en Oriente Medio y Próximo Oriente, en África Occidental, México, Argelia, India, Nepal y Sudamérica que son zonas endémicas de hepatitis A.
La incidencia de hepatitis A en España es de aproximadamente 5,28 por cada 100.000 habitantes. En España la mayor relevancia en relaciona a la hepatitis A, se presentan en el grupo de edad entre los 25 y los 35 años.
Causas de la hepatitis A
La hepatitis A es generada específicamente por el virus del mismo nombre. Dicho virus de la hepatitis A (VHA) es miembro integral de la familia de los picornavirus. Tal como su propio nombre señala, (PicoRNA = ARN pequeño), el virus de la hepatitis A manifiesta una cadena sencilla de ARN.
Los elementos infecciosos más comunes son almejas, ostras u otros moluscos crudos o que no suficientemente y correctamente cocidos y que se originan de aguas contaminadas por excrementos. Es importante recalcar que además los virus de la hepatitis A son descartados mediante la orina, las heces y la saliva y estos pueden llegar a transmitirse por medio del contacto físico íntimo.
Síntomas de la hepatitis A
Generalmente la hepatitis A comienza a manifestar su sintomatología con molestias no específicas y por ende molestias generales como ser el cansancio, decaimiento, dolores de cabeza, carencia de apetito, pérdida de peso, dolores musculares y articulares, percepción de opresión en el abdomen superior derecho, además de vómitos y fiebre.
Seguidamente hacen presencia los clásicos y representativos síntomas de una ictericia que van desde el oscurecimiento de la orina, decoloración de las heces y color amarillento de la piel y de los ojos.
Posteriormente en la etapa aguda de la enfermedad se genera un fuerte picor. Tras un periodo emprendido de dos a cuatro semanas las molestias tienden desaparecen por sí solas.
Diagnóstico de la hepatitis A
Uno de los síntomas representativos de una hepatitis es la ictericia, un indicio que facilita el diagnóstico de la hepatitis A, al referirse a ictericia se hace alusión a la coloración amarillenta de la piel y de los ojos, además se toman en cuentan las características que presentan las heces, siendo estas de color claro (acolia) y la orina oscura (coluria).
En las situaciones donde existe la presencia de hepatitis A, el hígado aumenta considerablemente su tamaño y en el 25 por ciento de los casos, también el bazo.
Para llevar a cabo un diagnóstico de hepatitis A se procede a la extracción de sangre para dictaminar la existencia de anticuerpos y reconocer los valores hepáticos como la bilirrubina, GOT, GPT. Lo determinante para el diagnóstico de una hepatitis A gira alrededor de la prueba de anticuerpos específicos en sangre (anti HVA IgM). La hepatitis A en toda la Unión Europea es una enfermedad de declaración obligatoria.
Tratamiento de la hepatitis A
Específicamente contra la hepatitis A no existen medicamentos que contrarresten el virus. Por tal razón el tratamiento de la hepatitis A es un tratamiento sintomático.
Frente a estos escenarios se aconseja el reposo en cama y una conservar dieta abundante en hidratos de carbono y sin contenido alguno de grasas. Los medicamentos se administran únicamente y especialmente cuando los síntomas lo hagan lo requieran, como ser en casos de presentar diarrea, dolores. Se debe procurar lo más posible evitar una sobrecarga adicional del hígado, razón por la cual en la etapa aguda de la hepatitis A se deberá eliminar el consumo del alcohol.
Evolución de la hepatitis A
La evolución hepatitis A tiene en general se caracteriza por tomar un curso benigno en el mayor número de los casos. Transcurridas unas cuantas semanas, las molestias, si en casos las existieron, desaparecen.
Tras una infección por hepatitis A que conlleve complicaciones graves o incluso la muerte, lo que se denomina como hepatitis fulminante, se presentan en casos muy raros y extremos, pero es un panorama que puede suceder especialmente en adultos. Es aquí donde pueden llegar a generarse infecciones ya sean del páncreas, de la musculatura del corazón o de los pulmones que implican un riego y peligro para la vida.
Hasta la fecha no se registran cursos crónicos. Tras una infección de hepatitis A se obtiene lo general una inmunidad contra el germen patógeno por el resto de la vida.
Prevención de la hepatitis A
Contra la hepatitis A, lo más habitual es recomendar una vacunación preventiva como medida efectiva frente al virus.
Además es posible la administración de una vacuna mesclada contra la hepatitis A y C.
También es importante adoptar medidas higiénicas de precaución generales para evitar la infección por hepatitis A.
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