Al hablar de la hepatitis se habla de una enfermedad del hígado que genera su inflamación. La palabra hepatitis se origina de la palabra griega hépar (hígado) e -itis (inflamación). Tal inflamación del hígado puede generar daños en las células del mismo minimizando sus debidas funciones. Al tratarse del hígado, se trata del el órgano interno más grande del cuerpo humano y este actúa como un tipo de laboratorio central. El hígado se involucra en el metabolismo de los alimentos vitales e interviene en todo proceso de desintoxicación y erradicación de sustancias tóxicas para el organismo y determinados residuos.
Las causas de la hepatitis se encuentran en una amplia lista de factores. Los virus, las bacterias o determinados parásitos pueden ser responsables de una inflamación del hígado.
También determinadas enfermedades como ser la sarcoidosis o bien las enfermedades autoinmunes pueden ser desencadenantes de la inflamación del hígado.
Además el consumo abusivo de alcohol o el exceso de determinados medicamentos, tóxicos y ciertos productos químicos, también pueden influenciar en la inflamación hepática.
También determinados virus pueden detonar una hepatitis denominada hepatitis viral. A continuación se enlistan cinco de los virus de mayor relevancia en la aparición de hepatitis (virus hepatotropos):
– Virus de hepatitis A (VHA)
– Virus de hepatitis B (VHB)
– Virus de hepatitis C (VHC)
– Virus de hepatitis D (VHD)
– Virus de hepatitis E (VHE)
De acuerdo al virus que infecta el hígado el patrón de inflamación hepática se denomina como hepatitis A, B, C, D o E.
El virus de la hepatitis G compone al mismo grupo de virus que el virus de la hepatitis C, pero dicho virus no se muestra como trastorno independiente.
La sintomatología de una inflamación del hígado, tienden a ser semejantes, cuentan con ciertas características dependiendo del patrón de virus desencadenantes de la inflamación. Una hepatitis comúnmente inicia con síntomas inespecíficos, como por ejemplo el cansancio o sensación de presión en el abdomen superior derecho. Seguidamente particularidad más representativa es el color amarillento de la piel y parte de los ojos – ictericia.
El forma de transmisión que adopta es diferente, todo se basa en relación a el tipo de virus: la hepatitis A y la hepatitis E se transmiten mediante el contagio por contacto. El patógeno realiza una transición hacia un nuevo organismo mediante las heces – materia fecal, los alimentos o la boca – vía oral. Entre tanto la hepatitis B y la hepatitis C, se transmite durante las relaciones sexuales y también se transmiten a través de la sangre, por ejemplo aquellas transfusiones de sangre. La hepatitis D solo perjudica a las personas que se encuentran infectadas de manera aguda o crónica con el virus de la hepatitis B.
Definición de la hepatitis
La hepatitis se define como una enfermedad inflamatoria del hígado, dicha enfermedad puede llegar a desencadenar un daño en sus células.
El término hepatitis tiene su origen en palabra griega hépar o hépatos, que significa hígado, e -itis, inflamación.
El hígado presenta la glándula más grande del cuerpo humano, se conoce como una clase de laboratorio central el cual desempeña la función de metabolizar las proteínas, carbohidratos y grasas.
El hígado entre sus funciones vitales cuenta con la producción de la bilis, entre otras cosas, esenciales para el metabolismo de la grasa. Además el hígado figura como una estación de desintoxicación de contaminantes de factores como el alcohol, residuos de medicamentos y desechos metabólicos que son degradados y pasan a ser inofensivos.
El hígado es el único órgano que cuenta con la especial capacidad de renovarse por sí mismo.
Causas de la hepatitis
Las causas de la hepatitis derivan de muchos factores, especialmente y comúnmente las infecciones por virus. En materia médica se clasifica entre aquellas inflamaciones en que las células del hígado se encuentran directamente infectadas por el virus (hepatitis viral), y aquellas inflamaciones que suceden entorno de una infección viral generalizada, como ser por virus herpes citomegalovirus-hepatitis viral asociada.
Los virus asociados con la hepatitis que pueden provocar una inflamación hepática son:
– Virus del herpes
– Citomegalovirus
– Virus varicella-zóster (varicela y herpes zóster)
– Virus Epstein-Barr (mononucleosis infecciosa)
– Virus Coxsackie
Es importante mencionar que en América Central, América del Sur y África se encuentra esparcido el virus de la conocida fiebre amarilla, que puede desencadenar también inflamación del hígado.
Al tratarse de una hepatitis viral se diferencian entre seis diferentes formas de hepatitis viral. Cada uno de estos patrones cuenta con una evolución diferente y se origina por unas causas diferentes:
– La hepatitis A (la más habitual tanto a nivel mundial como en España)
– La hepatitis B (se posiciona como la segunda forma más común en España)
– La hepatitis C ( se denomina la principal causa de hepatitis por transfusiones)
– La hepatitis D
– La hepatitis E
– La hepatitis G
Otras causas responsables de hepatitis:
– Infecciones con bacterias o parásitos.
– Enfermedades como la sarcoidosis o enfermedades autoinmunes.
– Medicamentos.
– Alcohol.
– Productos químicos.
– Hígado graso.
Síntomas de la hepatitis
La sintomatología se presenta inicialmente con síntomas generales inespecíficos como cansancio, decaimiento, dolores de cabeza, pérdida de apetito, sensación de presión en el abdomen superior derecho, vómitos, fiebre. Seguidamente pueden manifestarse síntomas como el oscurecimiento de la orina (coluria), aclaración de las deposiciones (acolia), tono amarillento de la piel o los ojos (ictericia). Entre tanto en la fase aguda de la hepatitis se presentan picores (prurito).
En asociación a l tipo de virus, la hepatitis puede presentarse sin ningún tipo de síntomas, por lo que puede ser asintomática.
Diagnóstico de la hepatitis
El diagnóstico de la hepatitis se realiza entorno a determinaciones serológicas, que se obtienen mediante un análisis de sangre. De tal forma se dictamina la presencia en sangre de anticuerpos específicos contra el virus o componentes del mismo, denominados antígenos.
Tratamiento de la hepatitis
La hepatitis es trata en relaciona al tipo de virus que la origina:
– Contra la hepatitis A, la hepatitis D y la hepatitis E, hasta la fecha no existen medicamentos efectivos, únicamente se recomienda reposo en cama, renunciar al alcohol y seguir una dieta alta en carbohidratos.
– El tratamiento de la hepatitis B consiste en la administración de medicamentos como: interferón alfa, peginterferón alfa-2ª, antivirales, como la lamivudina, entecavir, adefovir o telbivudina).
– El tratamiento de la hepatitis C consiste en terapias de medicamentos antivíricos de acción directa (AAD).
– En relaciona la hepatitis G no es necesario tratamiento para la infección.
Evolución de la hepatitis
La evolución de la hepatitis puede ser agudo o crónico. Al tratarse de una hepatitis aguda, esta se manifiesta repentinamente y desaparece en unas pocas semanas o incluso meses. Entre tanto una hepatitis crónica, la inflamación dura más de seis meses.
Todos los tipos de hepatitis viral A, B, C, D o E son enfermedades de declaración obligatoria, esto de acuerdo y fundamentado en la Ley de Enfermedades de Declaración Obligatoria vigente en España.
La obligación de notificación se aplica incluso si la hepatitis A, la hepatitis B o la hepatitis C no presentan síntomas.
Prevención de la hepatitis
De acuerdo al tipo de virus, se emplean medidas de prevención frente a la hepatitis.
Actualmente existe una vacuna de la hepatitis que se mantiene a disposición para los tipos de virus A y B. Una vacuna contra la hepatitis B actúa y protege a la vez contra la hepatitis D. Hasta hoy en día no se cuenta con alguna vacuna contra la hepatitis C y la hepatitis E.
Otras medidas de prevención giran alrededor de precauciones generales como:
– Usar preservativos en las relaciones sexuales.
– Evitar el contacto directo con la sangre.
– Las personas adictas a las drogas que emplean jeringuillas no deben usar jeringuillas que ya han sido utilizadas. Los restos de sangre en la aguja pueden ser responsables de causar infección con hepatitis.
– Lavarse las manos periódicamente.
– Hervir el agua potable.
– Pelar las frutas y verduras.
– Se aconseja la debida vacunación contra hepatitis A. a todas aquellas personas que planean viajar a zonas endémicas.
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