The Daily Mail ha manifestado que a través del paso de los años, la calidad del pan ha retrocedido significativamente y se ha convertido en peor en lugar de elevar y conservar su calidad.
En el año 1911, la sal, las grasas baratas, el alumbre, la cal en polvo y el blanqueador eran considerados y definidos como los ingredientes “malos” del pan. Hoy en día, las nuevas controversias surgen por la presencia de ingredientes nuevos que afectan a la salud y que se pueden se encontrados en las tiendas donde incluso se ofrece el pan blanco integral
La harina blanca producida hoy en día es más puro almidón, y actualmente la harina blanca es contenedora de una mínima fracción de los nutrientes del grano original. Por otra parte, los tratamientos químicos empleados en el grano dan origen y resultan en la formación de un subproducto que es denominado aloxano, este subproducto se trata de un veneno que es empleado en la industria de la investigación médica para provocar diabetes en ratones sanos.
Además la harina blanca es contenedora en exceso de carbohidratos que a la larga no son favorables para la salud e incluso estos pueden llegar a potencializar el riesgo de cáncer en una persona. Durante todo el proceso de molienda que implica la harina blanca, esta es blanquea con cloro gaseoso, componente que significativamente es potencialmente tóxico para el cuerpo.
De hecho, los estudios e investigaciones han avalado a través de diversas demostraciones, que el exceso de ingesta de carbohidratos, es un componente que implica un aumento en el riesgo de cáncer de mama entre las mujeres. Por otra parte, la harina blanca tiene como adjudicación una tasa elevada de índice glucémico que incrementa rápidamente los niveles de azúcar en la sangre. Por lo que esto implica que un incremento en el azúcar en la sangre puede impulsar al crecimiento de células cancerosas y la vez favorece a su proliferación.
Es aconsejable que en lugar de emplear la harina blanca refinada, se pueda emplear diversas algunas más saludables como ser el trigo integral, almendras, quinua o harina de cebada. Estas harinas son aptas para hornear o hacer panes.
Cuando más fina y blanca es la harina, menos fibra, vitaminas y minerales contiene. El pan blanco, el pan de salvado, los panes de bollería, no contienen vitaminas ni minerales, mientras que favorecen las caries, el cáncer, el colesterol y la diabetes. Los panes más recomendables son el pan de centeno y el pan integral.
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