Polio

Enfermedades

La polio – poliomielitis, polio, es un término que refiere a una enfermedad intensamente contagiosa que puede llegar a ser la responsable de causar parálisis permanente y el fallecimiento del paciente. Para evitar tal patología existe una vacuna preventiva, gracias a la vacunación preventiva la polio es una patología que se presenta aisladamente y escasamente en España desde hace décadas.

Como medidas preventivas, frente a epidemias de polio en Europa es fundamental que tanto niños como adultos hayan recibido una vacunación apropiada contra la poliomielitis.

La causa directa de la polio son los poliovirus, de los cuales existen el tipo I, el II y el III. La infección por el virus en el mayor número de los casos, que se representan en más del 95%, suele progresar de manera asintomática. En cuadros de polio menos habituales, en primera instancia se presenta con determinadas molestias representativas que suelen mitigarse unos 14 días después. En casos bastante extraños, lo que representa un 1%, se genera la determinada parálisis infantil o una meningitis, que únicamente es tratable sintomáticamente, y que por lo general tiende a dejar secuelas, ya que no existen suficientes medicamentos eficaces disponibles. El diagnóstico de la poliomielitis gira entorno a la detección del patógeno en las heces, en el líquido cefalorraquídeo (LCR) o en las secreciones de la faringe.

 

Definición de polio

La polio- poliomielitis, polio, es definida como una enfermedad viral febril aguda. Cuyo patógeno perjudica en forma especial las regiones de la médula espinal, que tienen como función controlan los movimientos.

Es por tal razón que esto puede llegar a desencadenar en casos específicos y desfavorables, parálisis y muerte.

Gracias a que se cuenta con la vacunación apropiada a disposición, la polio cuenta con una baja tendencia: tanto en España como en otros países con alta tasa de vacunación la poliomielitis se presenta solo en casos aislados.

 

Causas de la polio

La causa responsable de las infecciones de polio – poliomielitis, parálisis infantil, son patógenos determinados y denominados poliovirus. Los virus de la polio son virus ARN, tales son pertenecientes al grupo de los determinados picornavirus.

Existen tres tipos de poliovirus, los tipos I, II y III. Dichos patógenos son altamente contagiosos.

El medio de transmisión de los patrones intensamente contagiosos se lleva a cabo principalmente por vía fecal-oral. Lo que significa que sucede a causa de la ingestión de alimentos o bebidas contaminadas con heces infectadas de personas enfermas. Esta vía de transmisión es similar al de la hepatitis A. Otra forma de contagio de la poliomielitis por gotitas, como ser en estornudos, tos o besos es extremadamente raro.

Posterior a su transferencia, los poliovirus se extienden en el cuerpo y provocando en primera instancia pocos síntomas. Tras un lapso de tiempo posterior sin presentar síntomas, los virus invaden el sistema nervioso central (SNC) y activan la segunda fase de la poliomielitis.

En la polio el periodo de incubación, o bien el momento que transcurre desde la infección hasta el brote de la enfermedad, oscila entre tres a 35 días.

 

Síntomas de la polio

Comúnmente las infecciones por el agente de la polio transitan normalmente sin síntomas. Por otra parte, si se manifiestan señales de enfermedad y existen tres tipos de evolución posibles:

– Poliomielitis subclínica: entre seis a nueve días posterior a la infección (en la que no infecta el sistema nervioso central, referentemente el cerebro y médula espinal) se presentan aciertos síntomas típicos como fiebre, náuseas, dolor de garganta y dolor de cabeza.

– Poliomielitis no paralítica (meningitis aséptica): en tal situación, si el sistema nervioso central está infectado se manifiestan de tres a siete días posteriores los síntomas como fiebre, rigidez de cuello, dolor de espalda y dolores musculares, síntomas que aquejan aproximadamente entre el 1 al 2% de las personas infectadas con polio.

– Poliomielitis paralítica: si el sistema nervioso central está infectado, los síntomas como parálisis asimétrica posiblemente también se presenten también uno o dos días posteriores de la poliomielitis no paralítica, específicamente de las piernas, y puede repercutir en lesiones permanentes que afectan a entre 0,1 y 1% de las personas infectadas con polio.

Por otra parte, la primera fase de la enfermedad de la poliomielitis se representa por un conjunto de síntomas inespecíficos como ser los siguientes:

– Dolor de cabeza y extremidades.
– Falta de apetito.
– Diarrea.
– Fiebre.
– Molestia al tragar.

 

Mientras tanto en la segunda fase de la enfermedad se manifiestan síntomas típicos de la poliomielitis:

– Meningitis.
– Parálisis (incluida la parálisis respiratoria, que provoca la muerte).
– Dolor de espalda.
– Dolor muscular.
– Sensibilidad excesiva a estímulos externos.

Por otra parte, si se desencadenan además infecciones del sistema respiratorio provocadas por bacterias, puede ser posible que se presente una insuficiencia respiratoria. Además se puede presentar una inflamación de los músculos del corazón, que posteriormente puede conducir a una insuficiencia cardiaca.

 

Diagnóstico de la polio

En relación al diagnóstico, en la polio – poliomielitis, parálisis infantil, el diagnóstico gira alrededor de la manifestación de los síntomas, como ser parálisis, por ejemplo, que presenta y aquejan al paciente, y además en la detección de los patógenos.

El virus responsable de provocar la polio puede detectarse y aislarse en las heces, secreciones de la garganta, o líquido cefalorraquídeo. De la materia fecal – heces, se procede a realizar el diagnóstico, y es a través de la detección de virus, en alrededor del 80% durante los primeros 14 días de la enfermedad.

 

Tratamiento de la polio

En la polio poliomielitis, parálisis infantil, el tratamiento por lo general consiste en perseguir el objetivo de aliviar los síntomas. No existe un tratamiento de las causas, la razón es que no existen medicamentos para combatir directamente los virus responsables de desencadenar de la polio. Entre las medidas que se recomienda emplear como parte de este tratamiento sintomático, se encuentran:

– Reposo absoluto en cama.
– En situaciones de presentar parálisis, colocar al afectado en posición relajante para los músculos.
– Ejercicios físicos terapéuticos.
– Respiración asistida por máquinas, o bien ventilación mecánica, en caso de presentarse una insuficiencia respiratoria, además de cuidados de medicina intensiva.

 

Evolución de la polio

La polio-poliomielitis o parálisis infantil, es representativa por adoptar un curso asintomático en el mayor número de los casos, la razón es porque generalmente los afectados no detectan la infección. En ocasiones la poliomielitis se refleja con signos generales de enfermedad, que se autolimitan en termino general posterior a unas dos semanas, proceso definido como forma subclínica. En la polio-poliomielitis, la evolución grave con parálisis es rara.

 

Prevención de la polio

La mejor medida preventiva frente a la polio-poliomielitis, parálisis infantil, se trata de la vacunación. Con la barrera de protección que proporciona de la vacuna y las vacunaciones realizadas en masa, se ha logrado erradicar la polio casi por completo en muchos países.

En España, para prevenir la poliomielitis es recomendable utilizar la vacuna antipoliomielítica inactivada, esta se administra por medio de inyección. Se pueden vacunar sin riesgos implicados contra la Poliomielitis, incluyendo a las personas con inmunodeficiencia adquirida (SIDA).

 


 

Información obtenida de fuentes externas. Desde www.salud-vida.es no nos hacemos responsables del uso o interpretación que se le dé a la información aquí mostrada ni de la autenticidad o veracidad de la misma.

 

COMPARTE ESTA PÁGINA EN TUS REDES SOCIALES

Enviar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *