Cálculos Renales

La nefrolitiasis o litiasis renal, mejor conocida como cálculos renales y también denominados piedras en el riñón, es resultado de la cristalización de sustancias que se encuentran normalmente disueltas en la orina. Se precisa que en las mujeres y niños el impacto y la incidencia de los cálculos renales es menor que en los hombres. Se estima que en España la litiasis renal afecta aproximadamente a un 5% de la población española.

Las causas que desatan una nefrolitiasis en muchos casos no llegan a establecerse. Tendencias indican que alrededor de 1 de cada 5 casos intervienen factores como los componentes genéticos, hábitos alimenticios, la cantidad de líquido ingerida, las infecciones de las vías urinarias y una recopilación extensa enfermedades metabólicas que se involucran para su aparición.

De acuerdo a lugar donde se encuentren situados y al flujo de su movilidad, los síntomas pueden ser variables.

Habitualmente las piedras no se logran localizar, en pocos casos estas se pueden detectar por casualidad. Independientemente de lo anterior los cálculos renales pueden generar un cólico nefrítico, que se distingue por dolores intensos en la espalda, los flancos o la parte inferior del abdomen. Mientras tanto si un cálculo renal se traslada desde el riñón hasta llegar al uréter (que conecta el riñón con la vejiga urinaria), este provoca un cólico ureteral. En este caso el dolor puede extenderse hasta la ingle y llegar hasta los genitales.

El diagnóstico de la litiasis renal toma lugar con la descripción de los síntomas complementándose con una ecografía y un examen radiológico de las vías urinarias eferentes.

En un gran porcentaje de los afectados por los cálculos renales, las piedras se eliminan a través de la orina (expulsión espontánea), razón por la cual no requieren tratamiento alguno. En caso de no ser expulsadas de tal manera, existen otros métodos como: desintegrarlos desde el exterior (tratamiento con ondas de choque o litotricia), extraerlos a través de una nefroscopia o con una canastilla durante una cistoscopia y por último también se puede recurrir a disolverlos con fármacos o extraerlos quirúrgicamente.

Si se presentan condiciones donde hace presencia un cólico nefrítico agudo, es preciso un tratamiento analgésico acertado y la resolución de una posible uropatía obstructiva.

Una medida cautelar para evitar la aparición de los cálculos renales es la ingesta frecuente de líquidos.

 

Definición de cálculos renales

Los cálculos renales o nefrolitos (compuesto del griego nephrós = riñón, líthos = piedra) que en situaciones de una nefrolitiasis se originan en los riñones y en las vías urinarias eferentes (uréter, vejiga). También es comúnmente se utilizado como sinónimo el término urolitiasis (del griego ùron = orina).

Las características de los cálculos pueden ser diferentes unos de otros, su tamaño puede ser variante: desde pocos milímetros (semejante un grano de arroz) hasta varios centímetros (cálculos coraliformes que pueden llegar a ocupar por completo la pelvis renal).

Los cálculos renales se organizan en varios patrones de acuerdo a su composición. En cada uno de los cálculos prevalece un material.

De acuerdo al orden de frecuencia los cálculos se clasifican en:

– Cálculos de oxalato cálcico (75%)
– Cálculos de magnesio, amonio y fosfato (estruvita), también llamados cálculos infecciosos, ya que aparecen en relación con una infección urinaria (10%)
– Cálculos de ácido úrico (5%)
– Cálculos de fosfato cálcico (5%)
– Cálculos de cistina (menos del 1%)

Se estima que en España la litiasis renal tiene un impacto aproximado del 5%. Cada año se recopilan alrededor de 500 nuevos casos por cada 100.000 habitantes.

 

Causas de los cálculos renales

Una concentración acrecentada de determinadas sustancias en la orina favorecen y dan pie a la aparición de piedras en el riñón en la nefrolitiasis.

La lista de las posibles causas que concluyen en una litiasis renal son diversas: una ingesta de líquido pobre, hábitos alimenticios, falta de ejercicio físico, enfermedades metabólicas o factores genéticos. En la mayoría de los casos realmente es desconocida la causa que genera y da pie a padecer de este trastorno.

Las sustancias que intervienen y contribuyen en la formación de los cálculos son constituyentes de la orina. Por ejemplo sustancias como el calcio, el fosfato, el oxalato, el ácido úrico y la cistina. Si la aglomeración de estas sustancias en la orina es cuantiosa que no se disuelven, estas se cristalizan en partículas sólidas, lo que desencadenan cálculos en continuo crecimiento.

 

Síntomas de los cálculos renales

Es común que por un largo intervalo de tiempo los cálculos renales no reflejen sintomatología, he allí lo que se denomina cálculo renal silente o asintomático. Sin embargo si las piedras se dispersan dentro del riñón hacia un área inadecuada, emerge una sensación de presión y dolor en la parte baja de la espalda (dolor lumbar) e irritación y daño a la mucosa.

Si un cálculo obstaculiza el flujo de orina se presenta una retención de esta, lo que acarrea el aumento de la presión en la pelvis renal provocando as molestias típicas de un cólico nefrítico. Existe la posibilidad que la piedra regrese nuevamente a su posición original, desapareciendo el dolor y estacionarse como asintomático durante un tiempo.

Si el cálculo se esparce desde el riñón hasta llegar al el uréter puede desencadenar un cólico ureteral.

Las náuseas y vómitos pueden ser acompañantes de los fuertes dolores originados por los cálculos renales, es algunas ocasiones aparece cierta cantidad de sangre en la orina.

 

Diagnóstico de los cálculos renales

El diagnóstico de la litiasis renal toma lugar con la descripción de los síntomas complementándose con una ecografía en los riñones y un examen radiológico de las vías urinarias eferentes que permiten definir el número de cálculos renales, su tamaño y su localización exacta.

 

Tratamiento de los cálculos renales

Alrededor de un 80% de los casos con cálculos renales no se precisa un tratamiento ya que estos pueden llegar a erradicarse por sí solos mediante la expulsión a través de la orina.

Sin embargo existen métodos suplementarios en caso de que no lleganse a eliminarse por sí solos:

– Litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOCH).
– Nefrolitotomía percutánea (NLPC).
– Ureteroscopia (URS).
– Cirugía.
– Tratamiento farmacológico.

 

Evolución de los cálculos renales

La evolución en un 80% de todos los casos es positiva ya que los cálculos renales pueden desaparecer por sí mismo. Sin embargo se puede llegar a presentar complicaciones como la obstrucción de las vías urinarias, infecciones de las vías urinarias y en casos extremadamente graves se puede presentar una insuficiencia renal terminal.

 

Prevención de los cálculos renales

La principal medida de prevención frente a los cálculos renales se encierra en la abundante ingesta de líquidos, alrededor de 2,5 litros diarios. Además es aconsejable practicar ejercicio con más frecuencia y evitar el sobrepeso y las dietas extremas. Una alimentación adecuada, equilibrada y que sea rica en fibra eleva los efectos beneficiosos.

 


 

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