Las alteraciones en el tejido de la zona del cuello del útero y que son denominadas alteraciones malignas, es a lo que se le denomina cáncer de cuello de útero (carcinoma cervical, cáncer de cérvix). Este representa una incidencia impactante en alrededor de 2.500 mujeres que son diagnosticadas con cáncer de cuello de útero cada año, por lo cual este tipo de cáncer se ha convertido en el tercer tipo de tumor ginecológico más común, especialmente entre mujeres de 40 y 50 años.
El cáncer de cuello de útero tiene relación con el Virus del Papiloma Humano (VPH), estos se encuentran directamente ligados. El VPH es adquirido a través del contacto directo con la piel o las mucosas, en especial durante las relaciones sexuales sin protección.
La localización anatómica que presente este tipo de cáncer permite un diagnóstico temprano en los reconocimientos ginecológicos rutinarios. Por lo cual es recomendable realizar pruebas de detección tempranas que permitan a los ginecólogos establecer un diagnóstico. Se estima que entre el 80 y 90% de las lesiones ostensibles del tejido se pueden detectar durante su estadio inicial pudiendo ser tratarlas de forma eficaz. Estas pueden tratarse mediante la cirugía láser o de un procedimiento que es denominado conización que consiste en una intervención quirúrgica en el cuello uterino, este método conlleva perspectivas positivas de curación. El propósito de estos métodos se centra en preservan el útero, abriendo paso en la mayoría de los casos a la concepción. Si el cáncer se encuentra en una fase más avanzada, para este caso será preciso una operación de mayor trascendencia o una combinación de radioterapia y quimioterapia.
Desde octubre de 2007 se recomienda en España la vacuna contra el VPH a todas las adolescentes de entre 11 y 14 años. La vacunación tiene con finalidad el actuar como un escudo frente a dos tipos de virus del papiloma humano que se consideran de alto riesgo y que se denominan como responsables de aproximadamente del 70% de los casos de carcinoma cervical: VPH 16 y el VPH 18.
Siempre es aconsejable para la población femenina el acudir anualmente al ginecólogo para ser sometidas a las pruebas de detección precoz de cáncer de cuello uterino.
Definición de cáncer de cuello de útero
El cáncer de cuello de útero es originado y desarrollado en el tejido del cuello del útero (cérvix). Se trata de un tumor maligno.
Neoplasia intraepitelial cervical (displasia epitelial) también conocidas como displasias epiteliales, modificaciones en el tejido derivadas del desarrollo o formación anómalos de las células, haciendo referencia a las lesiones precursoras del cáncer de cuello uterino (no en todos los casos), por lo que requieren una supervisión y un tratamiento oportuno. Estas se segmentan en tres grupos de acuerdo a su grado de gravedad:
– NIC 1: displasia leve (alteraciones celulares únicamente en la capa superior del epitelio)
– NIC 2: displasia moderada (alteraciones celulares en varias capas del epitelio)
– NIC 3: displasia grave (alteraciones celulares que se entienden todo el epitelio)
El diagnóstico del cáncer de cuello de útero es establecido alrededor de los 48 años, cerca del 47% de las mujeres con carcinoma invasivo de cérvix se diagnostica antes de los 35 años. Y tan solo un 10% de los diagnósticos se hacen en mujeres mayores de 65 años.
Causas del cáncer de cuello de útero
La principal causa que desencadena el cáncer de cuello de útero es la infección por el virus del papiloma humano (VPH). Estos virus pueden abrir la brecha para al origen de diversas patologías (por ejemplo, verrugas cutáneas o verrugas genitales)
El contagio del VPH es obtenido a través por el contacto específicamente y directamente con la piel o las mucosas, esto sucede generalmente durante una relación sexual sin protección alguna.
Frente al cáncer de cuello de útero existen factores de riesgo:
– El tabaquismo y el tabaquismo pasivo.
– infecciones en la zona genital: infecciones de transmisión sexual (por ejemplo, herpes genital, infecciones por clamidias).
– Inmunodeficiencia.
– Contracepción hormonal.
– Falta de higiene.
– Predisposición genética.
Síntomas del cáncer de cuello de útero
En un estado temprano el cáncer de cuello de útero no presenta síntomas relevantes, ni en estados avanzados se presentas síntomas o molestias de impacto. No obstante puede detectarse precozmente, esto ronda entre un 80 y el 90% y alcanzar una estabilidad positiva de curación.
Los síntomas que pueden presentarse y que requieren atención médica y aunque no necesariamente sean indicios de un cáncer de cuello de útero, son:
– Flujo vaginal acompañado con mal olor y sangre
– Flujo parduzco tras mantener relaciones sexuales
– Hemorragia inusual, o hemorragia fuera del ciclo menstrual o tras el climaterio
– Dolor pélvico, abdominal o de espalda de origen desconocido
– Piernas hinchadas (por ejemplo, tumefacción en una sola )
– Dolor al orinar y al defecar.
Diagnóstico del cáncer de cuello de útero
El diagnóstico del cáncer del cuello del útero puede realizarse por medio de pruebas de detección temprana, recomendables a partir de los 20 años de edad. Estas pruebas consisten en una exploración, observación y palpación del extremo inferior del cuello uterino (portio), penetrando en la vagina a modo de cono, también se complementa con la realización de frotis que se evalúan en el laboratorio (prueba de Papanicolaou).
Si existen indicios de carcinoma cervical, es precio realizar otras series de pruebas para evaluar la propagación del tumor:
– Ecografía del abdomen inferior y superior, así como del interior de la vagina.
– Tomografía axial computarizada (TAC) o tomografía por resonancia magnética (TRM) del abdomen.
– Examen radiológico de los pulmones y de la pelvis
– Endoscopia del recto y la vejiga.
– Examen de sangre para analizar en un panorama completo el estado físico global del paciente.
Tratamiento del cáncer de cuello de útero
La evolución del cáncer juega un papel importante en el tratamiento que se indicara y aplicara para el mismo. Es un estado temprano habitualmente se opta por una intervención quirúrgica, es estados avanzados son requeridos otros métodos como ser la radioterapia, en ocasiones combinada con quimioterapia.
Los métodos o procedimientos generalmente empleados se enlistan de tal forma:
– Cirugía: conización, histerectomía, traquelectomía o cervicectomía, histerectomía total, histerectomía radical.
– Radioterapia.
– Quimioterapia.
– Combinación de radioterapia y quimioterapia.
Evolución del cáncer de cuello de útero
La evolución del cáncer de cuello uterino parte de las lesiones precursoras o precancerosas. Una detección temprana acompañada de un tratamiento efectivo favorece a una curación completa, caso contrario las posibilidades de curación disminuyen.
Si el carcinoma cervical se ha metastatizado en otras áreas del cuerpo como ser la región abdominal (metástasis distante) o a órganos adyacentes, el escenario para estos casos es desfavorable.
Prevención del cáncer de cuello de útero
Una de las causas con mayor impacto en el origen del cáncer del cuello uterino es la infección por el virus del papiloma humano (VPH), el cual se puede prevenir. Por lo tanto la utilización de preservativos es vital para su prevención puesto que este virus es adquirido por medio del contacto directo con la piel o las mucosas durante las relaciones sexuales.
También una medida de prevención es el realizar pruebas ginecológicas de detección precoz y la vacuna del VPH, que tiene como propósito impedir tanto la infección con determinados tipos de VPH y a su vez las alteraciones patológicas del cuello uterino derivadas de ello.
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