El tétanos se define como enfermedad infecciosa que es provocada por una bacteria que afecta al sistema nervioso central y que desencadena intensas contracciones musculares y parálisis.
La bacteria responsable causante del tétanos es la Clostridium tetani. Este patógeno es muy resistente y este tiene presencia en prácticamente en cualquier entorno. La bacteria puede llegar a una herida por medio del polvo de la calle o del suelo. Cuando la herida se infecta, la bacteria expulsa una sustancia tóxica – toxina, que desarrolla el tétanos.
En caso que el tétanos progrese, se desarrollaran otros síntomas. Entre los cuales se provocara la contracción de los músculos de la mandíbula – trismo y la denominada risa sardónica, lo que significa una cara sonriente que se genera por la tensión de los músculos faciales. Seguidamente se presenta la rigidez de la musculatura de la cabeza y el cuello, de la espalda y de los músculos abdominales. Por consiguiente se ven perjudicados los brazos y las piernas, las costillas, la laringe y finalmente el diafragma.
El tétanos se en primera instancia en el mayor número de los casos por medio de una sintomatología bastante general. Las contracciones dolorosas e intensas y además la parálisis representativa del tétanos se manifiestan cuando la enfermedad está más avanzada. Las contracciones por lo general inician en la cara y se esparcen al cuerpo entero, su prolongación es de aproximadamente entre uno y dos minutos y pueden manifestarse en intervalos de un minuto y estar desencadenadas por el más mínimo estímulo externo.
Dado a que el mayor número de las personas han recibido la vacuna contra el tétanos, esta enfermedad infecciosa actualmente es poco común. Si se genera una herida en una persona que no ha sido vacunada contra el tétanos, una vacuna inmediata también puede llegar a evitar que se desencadene la enfermedad. No obstante, entre tanto que los síntomas se manifiestan, estos solo pueden aliviarse. Hasta la fecha no existe un antídoto contra la toxina que libera el patógeno del tétanos. En rango aproximadamente de un tercio de todos los casos de tétanos, la enfermedad resulta mortal, especialmente si los afectados son personas mayores.
Definición de tétanos
El tétanos es un término que representa a una enfermedad infecciosa en la cual la musculatura sufre contracciones y parálisis a la vez, esto consecuencia de una toxina. La bacteria responsable de esta toxina es la Clostridium tetani.
En medicina se clasifican diferentes patrones de tétanos, de los cuales se encuentran:
– Tétanos neonatal: es el patrón más habitual en todo el mundo. Afecta en especial a los recién nacidos y se presenta en el mayor número de los casos principalmente en países con atención médica insuficiente.
– Tétanos generalizado: uno de los patrones más comunes, en el centro de Europa, se ve afectada toda la musculatura.
– Tétanos local: las contracciones de la musculatura se limitan a una determinada área del cuerpo, por ejemplo, únicamente a una pierna.
– Tétanos cefálico: es un patrón especial de tétanos local, se presenta específicamente posterior a una herida en la cabeza, la cara o el cuello.
– Tétanos postparto: este patrón afecta a las madres posteriormente al parto y en abortos involuntarios, consecuencia a la infección del útero.
– El tétanos post-operatorio: este se desarrolla tras una cirugía, a causa de la infección de una herida quirúrgica.
Causas del tétanos
El tétanos es provocado por una bacteria específica, la cual penetra en el cuerpo por medio de una herida, generalmente en el mayor número de los casos, una herida sucia, esta bacteria libera una toxina.
El patógeno que produce el tétanos se encuentra prácticamente en todos los entornos del medio ambiente, tanto en forma de espora como en su forma reproductiva. Por otro lado, es parte natural de la flora intestinal y cutánea de los hombres y también de los animales. Las altas proliferaciones de este patógeno se presentan especialmente en el suelo y en los excrementos de los animales.
Síntomas del tétanos
El tétanos se manifiesta en primea instancia por medio de una sintomatología general, en el mayor número de los casos. Comúnmente los síntomas se tratan de los siguientes:
– Dolor de cabeza.
– Debilidad.
– Mareos.
– Sudores.
– Dolor muscular.
Tras una evolución del tétanos se manifiestan otros síntomas como ser las contracciones de los músculos de la mandíbula (trismo) y la denominada risa sardónica. Seguidamente le se presenta la rigidez de la musculatura de la cabeza y el cuello, asimismo la de la espalda y los abdominales. En un estado posterior, se ven afectados los músculos de los brazos y las piernas, las costillas, la laringe y finalmente el diafragma.
Las contracciones dolorosas e intensas representativas del tétanos tienen una duración aproximada de entre uno y dos minutos y pueden presentarse en intervalos de un minuto y ser provocadas por el más mínimo estímulo externo.
Consecuencia que en el tétanos se incrementa considerablemente el intercambio de sustancias en los músculos que padecen contracciones, se presenta fiebre. Las contracciones muy intensas pueden provocar rupturas de las vértebras de la columna vertebral y desgarrar las apófisis espinosas. Por otra parte, a casusa de los espasmos de la laringe y de los músculos de las costillas, la respiración se ve afectada seriamente. El diafragma es afectado, los pacientes aquejados pueden sufrir riesgo de asfixia.
Diagnóstico del tétanos
En el tétanos el diagnostico consiste en determinar los síntomas representativos de la enfermedad. El cuadro clínico del tétanos se consolida cuando se manifiesta al menos uno de los tres criterios siguientes:
– Contracciones dolorosas que persisten de los músculos del cuello y de la mandíbula.
– Contracciones dolorosas de los músculos del tronco.
– Contracciones musculares locales o generales, acompañadas de tensión muscular.
En lo que respecta al conocido tétanos atípico se puede presentar una evolución diferente que puede llegar a dificultar el diagnóstico.
Para ratificar el diagnóstico del tétanos, el médico puede recurrir a la extracción de sangre del paciente para detectar la toxina tetánica en la sangre. No obstante, aunque no se localice esta toxina, no se puede descartar en un 100% la existencia del tétanos.
Tratamiento del tétanos
Hasta la fecha no existe un antídoto directo contra la toxina que responsable de provocar el tétanos, es por tal razón que el tratamiento del tétanos consiste principalmente a aliviar los síntomas. Para tal efecto, se recomiendan las siguientes medidas:
– Limpieza a profundidad a través de cirugía de la herida por medio la cual el patógeno del tétanos penetro en el cuerpo.
– Seguimiento médico intensivo.
– Administración de relajantes musculares.
– Administración de sedantes.
Evolución del tétanos
En el tétanos la evolución se encuentra condicionada, entre otros factores, de la cantidad de bacterias que se encuentre en la herida de entrada. Entre más patógenos se encuentren, mayor será la cantidad de toxinas creada. El efecto de la toxina puede prolongarse aproximadamente entre cuatro y 12 semanas. Por tal razón es fundamental para la evolución favorable del tétanos que se detecte rápidamente la herida de entrada y que esta pueda se limpiada quirúrgicamente.
El tétanos puede desencadenar una serie diversa de complicaciones. Se está frente a una situación de emergencia de magnitudes mortales cuando los músculos de la laringe o del diafragma se ven afectados consecuencia de las contracciones.
En casos donde el tétanos persiste, los pacientes no son totalmente inmunes a la toxina, dado a que pueden enfermar nuevamente.
Prevención del tétanos
El tétanos únicamente puede prevenirse, a través de la medida de prevención más efectiva y se trata de la vacuna antitetánica, razón por la cual es fundamental vacunarse de manera adecuada.
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