El ACV o también llamado Ataque Cerebrovascular es una enfermedad que perjudica los vasos sanguíneos que proveen sangre y oxígeno al cerebro. Esto sucede al momento en que los vasos sanguíneos comienzan a pasar el oxígeno en dirección al cerebro, pero en ese recorrido, se rompe o impiden el paso del mismo.

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Cuando lo mencionado en el párrafo anterior sucede, hace que el cerebro deje de recibir flujo sanguíneo. Entonces, las células cerebrales perjudicadas mueren por la falta de oxígeno y lo mismo ocurre con las partes del cuerpo que ellas manejan.

El ACV crea problemas permanentes

El ACV deja huellas que nunca podrán ser borradas, ni siquiera con el paso del tiempo. Eso se debe a que esta perjudica aun con el tiempo. Por ejemplo, caminar, comer y conversar es todo un reto después de haber padecido de un ACV.

Claro, muchos médicos e investigadores han creado terapias y productos. Estos con el fin de ayudar a los pacientes a que tenga la mejor calidad de vida posible. Y que todo vuelva a ser igual que antes. Sin embargo, el mejor tratamiento para atacar con este problema es detectar a tiempo el ACV.  Y dar la ayuda que necesitan de inmediato. Esto reduce mucha los riesgos de muerte y de quedar con alguna discapacidad.

El doctor y jefe de Servicios de Urgencias del Sanatorio Anchorena Adolfo Savia. Mencionó que el cerebro humano tiene más de 100 millones de neuronas. Y que al momento de recibir un Ataque Cerebrovascular se pierden o mueren algunas de estas neuronas. Tan solo en un minuto que pase y  siga el ataque cerebrovascular se pierden 2 millones de ellas. Esto es perjudicial, pues al morir tan solo esa cantidad de neuronas la persona envejece unos 10 años, explicó el doctor.

De allí que es recomendable concientizar a las personas y a los pacientes de esta enfermedad. Pues como se mencionó cada minuto perdido es totalmente dañino para la persona. Si se recibe atención médica inmediata, el tratamiento aplicado tendrá efecto más rápido. Y brindará la posibilidad de reincorporarse a su vida normal.

Se dice que esta es una enfermedad tiempo-dependiente, pues mientras más rápido se ataque la enfermedad, mejores resultados se encontrarán. No se trata de aplicar muchos y nuevos tratamientos o medicamentos, sino de aplicarlos rápidamente para evitar lo máximo posible las muertes neuronales.

¿Sabías que hay dos clases de ACV?

Julio Fernández, que es doctor neurocirujano en el Hospital Padilla de Tucumán, dijo que por lo menos había dos clases de ACV. Él explica cuáles son estas clases:

  1. Ataque cerebrovascular isquémico: En este caso, el ACV se produce cuando un vaso sanguíneo, que lleva sangre al cerebro, se encuentra bloqueado, impidiendo el paso del oxígeno y la sangre a esta zona. Si esto ocurre, produce un infarto cerebral a la persona. Este problema cerebrovascular es el que afecta en mayor cantidad, pues es el causante de entre 80-85% de los ACV.
  2. Ataque cerebrovascular hemorrágico: En este caso, el ACV es ocasionado cuando un vaso sanguíneo, que va dirigido al cerebro, se rompe. Esto produce en el cerebro una hemorragia, afectando y matando las células del cerebro. En este caso, este ACV es menos frecuente, pero más peligroso, tiene de 15-20% de ocurrencia.

Síntomas del ACV

Hay por lo menos tres indicios antes de que una persona sufra de un Ataque Cerebrovascular.

  1. El habla: Si al tratar de hablar les cuesta pronunciar algunas palabras, no termina de completarlas o mantener una conversación.
  2. Los brazos: Si al levantar los brazos le cuesta mantenerlo y uno de ellos se cae de golpe.
  3. La sonrisa: si al sonreír las dos mitades de su sonrisa se ven algo disparejas o asimétrica.

Estos tres síntomas se describen con la palabra HABRASO, que es HA de hablar, BRA de brazos y SO de sonrisa. Si se detecta estos problemas en conjunto, entonces la persona está a punto de sufrir un Ataque Cerebrovascular.

Claro, esos síntomas son asociables a esta enfermedad ya que el ACV perjudica de forma directa la motricidad, el habla, la sensibilidad, la ingestión, la vista, el ánimo.

Además, se ha demostrado que un 18% de las personas que padecieron de un ACV, después del primer año sufren una recaída o ataque cerebrovascular. De ahí, que los tratamientos tienen como objetivo evitar que suceda de nuevo un ataque de este tipo.

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